Resulta complicado medir de manera efectiva la evolución que el ser humano ha tenido a en el últimos siglo. Los avances tecnológicos han sido más influyentes y más seguidos que en cualquier otra época de la historia. Antes, cualquier gran cambio en la sociedad marcaba el fin de una era y el comienzo de otra, aproximadamente cada uno o dos siglos. Ahora, prácticamente cada década está llevándonos a una nueva realidad, como si la curva de evolución se hubiera disparado desde mediados del siglo XX. Y es que hemos pasado en apenas 100 años de empezar a aprovechar la electricidad a contar con una red que une a todo el mundo a través de aparatos electrónicos. De crear los primeros sistemas voladores a tener satélites alrededor de todo el planeta, para reenviar señales que son hoy en día la base de nuestra sociedad. Todos estos cambios han potenciado, para bien y para mal, las capacidades del ser humano en prácticamente todos los sectores.
Incluso aquellos que todavía viven sin teléfono móvil, ajenos a Internet, en pueblos pequeños o zonas rurales, han visto cómo a su alrededor todo cambia. Y lo han sentido, porque en un mundo tan global como este es imposible quedarse ajeno de todo al cambio. Lo llaman la Sociedad de la Información o la Era de Internet, pero si ampliamos al siglo pasado, más bien habría que pensar en la Sociedad de la Globalización. A nivel económico, pero también social y cultural, el mundo hoy en día está interconectado, algo que jamás había sucedido hasta ahora. Internet ha sido el trampolín que ha permitido ese salto tan brutal, llegando a todos los aspectos de la vida. Nos relacionamos a través de aplicaciones, trabajamos en remoto, disfrutamos del ocio y de las compras desde cualquier lugar gracias a la red… Incluso algo tan íntimo y especial como el sexo ha cambiado de manera evidente no solo por el mundo virtual, sino por todos los avances tecnológicos vividos en los últimos tiempos. El sexo, el más antiguo de los placeres, todavía puede convertirse en algo nuevo y diferente en esta era de cambios.
Avances muy importantes
Desde nuestra perspectiva cuesta realmente entender todo lo que el ser humano ha avanzado en las últimas décadas. Sin embargo, incluso dentro de la propia generación milennial, la que ha vivido el cambio de siglo, ya hay sorpresa por cómo han cambiado las cosas en unos pocos años. Una generación que nació en los 80 y que ha podido vivir este cambio tan brutal en primera persona, con las primeras conexiones a Internet, los primeros smartphones, los primeros ordenadores en clase y en casa… Estos avances han sido paulatinos pero muy rápidos en comparación con los que se daban anteriormente. Los mismos críos que se han criado viendo películas en VHS y llamando por teléfono a sus amigos para quedar y jugar ahora tienen Netflix con un catálogo inagotable y mandan whatsapps para cualquier cosa. Incluso las redes sociales lo han revolucionado todo en apenas una década y media.
Internet y la pornografía
Vamos a centrarnos en Internet al principio, porque ha sido seguramente el propulsor de todos esos cambios importantísimos en los últimos años. La red se ha impuesto en apenas dos décadas, prácticamente en todo el mundo, como una herramienta indispensable. No solo a nivel social o de ocio, sino también laboral. Se trabaja en remoto gracias a la red, pero también se encuentra trabajo en Internet, en ofertas que aparecen en portales web especializados. Los smartphones, esos pequeños ordenadores de bolsillo que todos llevamos encima, nos ayudan a estar siempre conectados con los demás. Las relaciones han cambiado, y ahora existen apps donde encontrar amistad, amor… o rollos de una noche. Tinder, Grindr, Badoo, todas estas redes han revolucionado la idea de sexo, y la forma de ligar y encontrar pareja. No han cambiado nada en realidad, pero han acelerado esa fórmula que ya se daba antes en presencial.
La pornografía también ha sufrido una evolución importantísima gracias a Internet. La red ha llevado este tipo de cine explícito a todo el mundo, permitiendo un alcance brutal que hasta ahora no se había dado. Ni siquiera cuando empezaron a aparecer los DVDs de películas eróticas en todos los videoclubs. El acceso al porno era limitado entonces, pero ahora está al alcance de la mano, en cualquier ordenador o Smartphone. La conclusión era obvia: hoy en día se consume más porno que en ningún otro momento de la Historia. De forma más intensa, y también más temprana, lo que hace que la percepción sobre el sexo también esté cambiando. Hay una especie de liberación sexual por parte de las generaciones más jóvenes, que se han quitado de encima muchos tabúes. A la vez, ciertas corrientes parecen estar volviendo al puritanismo de antaño, censurando ciertos contenidos o atacando todo aquello que pueda resultar “sexual”.
Juguetes eróticos de última generación
Más allá de la red, la tecnología también ha seguido avanzando en todo tipo de campos, incluyendo el de la satisfacción sexual. Los juguetes eróticos no son algo nuevo, ni mucho menos. De hecho, hay expertos que datan los primeros consoladores en antiguas culturas milenarias. Sin embargo, estos juguetes habían permanecido casi sin cambios desde hace mucho tiempo. Su funcionamiento era el apropiado y tampoco es que hubiera que reinventar la rueda, en este caso… Pero la tecnología lo ha cambiado todo. En el momento en el que estos juguetes eróticos se convierten en electrónicos y posteriormente, en “inteligentes”, el salto cualitativo que se da es enorme.
Succionadores de clítoris con nuevas tecnologías mucho más eficaces, vibradores que se pueden controlar a través del móvil, juguetes que incluso se conectan a la red para controlarse en remoto por personas que están al otro lado del mundo… La variedad existente hoy en día dentro de este sector es absolutamente brutal, tanto para chicos como para chicas, y es que el placer sexual se ha convertido, por fin, en una prioridad. Además, los juguetes que antes se vendían de forma localizada y reducida en ciertas tiendas especializadas, ahora encuentran salida también en Internet. La discreción se mantiene, y uno puede comprar este tipo de productos de forma mucho anónima y segura, en cualquier tienda online. De ahí que las ventas hayan aumentado muchísimo. Al final, la tecnología es la que lo eleva todo a un nuevo nivel.
La interacción no presencial
Y volvemos a la red para hablar del último gran fenómeno sexual de nuestro tiempo: el sexting. Habrá quien piense que este tipo de interacciones no presenciales centradas en el sexo y el deseo ya se daban incluso en tiempos antiguos, a través de cartas, por ejemplo. Lo que tenemos hoy en día, sin embargo, nos acerca a una situación casi tan realista como tener a la otra persona a nuestro lado. Podemos conectar con ella a través de una videollamada, escucharla, leerla, verla en buena calidad, interaccionar con todo nuestro cuerpo, incluso a través de esos juguetes que se controlan de forma remota… Con la pandemia del Covid y el confinamiento, el sexting se ha puesto más de moda que nunca, y muchos ya indican que así será el sexo del futuro. Esperemos no llegar tampoco a eso, pero la alternativa está ahí, sin duda…